Viajar es la llave de la felicidad. Conozca qué más puede abrir esta llave

La sensación de que se puede conquistar el mundo tras una mirada al cielo azul y una bocanada de aire fresco no es casualidad. Hay varios aspectos de los viajes que producen esta dicha que todo lo invade.

Viajar tiene un impacto positivo en su salud y en sus relaciones además de mejorar sus habilidades y conocimientos, lo que le equipa mejor para navegar por el mundo.

Viajar le beneficia de formas que quizá ni siquiera conoce.

Beneficios de viajar para la salud

La salud ha estado asociada a la actividad física durante eones, y se sabe que los viajes y la actividad física trabajan en conjunto.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que viajar mejora la salud en general, independientemente del grado de actividad física realizado. Esto implica que hay algo más en el hecho de viajar que provoca este repunte en las condiciones de salud.

Echemos un vistazo a los resultados de salud mental y física que pueden esperar los viajeros.

Salud mental

  • Reducción del estrés y la ansiedad: viajar le aleja de todo lo de la vida cotidiana que le provoca estrés y ansiedad. Con la distancia necesaria y el cambio de perspectiva, puede superar tus emociones negativas más fácilmente.
  • Menos riesgo de depresión: las personas deprimidas tienden a autoaislarse y rumiar pensamientos negativos. Viajar le obliga a salir de su habitación para experimentar nuevos lugares y conocer gente nueva. Esto le da a su cerebro algo más en lo que concentrarse, al menos por el momento.
  • Aumento de la actividad cerebral: es un hecho que nuestro cerebro se involucra rigurosamente con la novedad: los problemas imprevistos nos desafían, lo que a su vez fomenta la salud cerebral, la resiliencia y la creatividad.

Salud física

  • Pérdida de peso: puede que no pierda kilos como lo haría con dieta y ejercicio, pero seguro que quemará más calorías que si estuviera sentado en la oficina todo el día. El tipo de actividades que realice es de vital importancia. Ir de excursión va a quemar más grasa que devorar helado, por supuesto.
  • Aumento del nivel de energía y del apetito: si viaja, podrá notar enseguida esta marcada diferencia con respecto a su vida normal. El deseo de explorar le hará más activo físicamente y, como resultado, quemará más energía y tendrá más ganas de comer. Por no hablar de que las cocinas exóticas ayudan.
  • Mejora del patrón de sueño: los viajes provocan un aumento del esfuerzo físico y de la actividad cerebral durante el día. Como consecuencia directa, aumenta la probabilidad de un sueño nocturno de buena calidad.
  • Menos riesgo de enfermedades cardíacas: la inactividad, combinada con el estrés y los malos hábitos de salud, son una de las principales razones de las enfermedades cardiovasculares. Viajar anualmente le ayuda a mejorar en todos estos frentes.

Impacto positivo de los viajes en las relaciones

Siendo seres sociales, los seres humanos dependemos de las relaciones.

La soledad puede derrumbarle incluso si su cuerpo está en su mejor estado de salud. Desde mantener viejas relaciones hasta crear otras nuevas, viajar ayuda en todos los sentidos.

  • Apreciar a los seres queridos – Cuando pasa un tiempo lejos de sus seres queridos, se da cuenta de su importancia en su vida. Viajar le da esa oportunidad.
  • Los vínculos se fortalecen – Cuando viaja con alguien, las posibilidades de llevarse bien son mayores. Esto se debe a que os veis obligados a pasar más tiempo juntos y a enfrentaros a todo juntos. Se vuelve más comprensivo con sus padres, más tolerante con sus hermanos, más íntimo con su pareja, más cariñoso con sus amigos y más entrañable con sus hijos.
  • Interacción social – Las relaciones públicas son tan importantes como las privadas. Puede que conozca gente nueva y entable conversaciones enriquecedoras, pero lo que importa es la confianza en sí mismo y las habilidades sociales que adquiere.
  • Reflexión sobre uno mismo – La relación con uno mismo es de suma importancia y, sin embargo, suele ser la más descuidada. Al viajar, se verá arrastrado fuera de su zona de confort. Por ello, descubrirá ciertos aspectos de usted mismo que no podría aprender de otra manera. Pueden ser rasgos negativos que necesita trabajar, o partes positivas de su personalidad que no conocía. Todo ello contribuye a su crecimiento personal.

Habilidades y conocimientos adquiridos al viajar

Salir de su ciudad  y adentrarse en un mundo desconocido conlleva sus retos.

Cuando supera estas barreras como viajero, no sólo obtiene placer de su experiencia, sino que también adquiere algunas habilidades y conocimientos esenciales. Este es el don de viajar.

A medida que explora más mundo, se vuelve más abierto de mente. A medida que adquiere nuevas habilidades, se vuelve más competente.

  • Curiosidad – La gente curiosa viaja, y viajar le hace aún más curioso. Después de todo, la única manera de aprender siempre algo nuevo es mantener la curiosidad.
  • Capacidad de orientarse – Cuando se ve obligado a orientarse en una ciudad desconocida, su capacidad de orientación está destinada a mejorar: empieza a entender cómo leer mejor los mapas, seguir las señales de tráfico y aprender a pedir indicaciones a los lugareños.
  • Gestión del tiempo – La vida de un viajero va contrarreloj: desde coger un vuelo hasta registrarse en el hotel y llegar a tiempo a la visita guiada, no se puede llegar tarde a nada.
  • Gestión del dinero – Viajar es una afición bastante cara: las personas que no presupuestan bien no pueden seguir viajando por mucho tiempo. Ya sea ahorrando algunos dólares en un billete de avión más barato o siendo frugal sobre dónde comer, tiene que gestionar sus finanzas con inteligencia hasta el final.
  • Trabajo en equipo y planificación – Tendrá que planificar todos sus viajes con sus compañeros hasta el más mínimo detalle, lo que conlleva optimizar el programa de viaje diario y llegar a ciertos compromisos. Viajar le enseña a trabajar pacientemente con la gente para alcanzar el resultado deseado.
  • Solución de problemas – Muchas cosas pueden salir mal durante un viaje: puede perder su vuelo, perder su cartera o perderse tras perder el autobús turístico. Estas situaciones requieren decisiones inmediatas y sensatas, lo que perfecciona su capacidad para resolver problemas in situ sin entrar en pánico.
  • Exposición cultural – En ciertas playas de Francia, la desnudez es normal, mientras que incluso un centímetro de piel expuesta puede considerarse inapropiado en Arabia Saudí. La gente paga más de 40 dólares por un bolso decente en Estados Unidos, mientras que regatear por unos pocos céntimos es una práctica común en los mercados indios. Nunca se dará cuenta de sus privilegios, o de la falta de ellos, si no viaja. Tampoco se darás cuenta del respeto que hay que dar a todo el mundo, más allá de todas las fronteras y diferencias.
  • Habilidades lingüísticas – Cuando se visita un país extranjero, es necesario aprender frases básicas para desenvolverse. Las habilidades lingüísticas no significan fluidez, sino la capacidad de aprender y escuchar. Hacerse entender y tratar de comprender a otra persona es la clave de la comunicación la cual mejora de forma exponencial viajando.
  • Paciencia – Pruebe a hacer cola para entrar en un sitio de gran atracción turística, o intente estar sentado durante horas en el aeropuerto por el retraso de un vuelo: aprenderá a tener paciencia muy rápidamente.
  • Adaptabilidad – No puede esperar la comodidad y el confort de su ciudad de procedencia en un país extranjero: en algunos lugares, el calor parecerá insoportable, mientras que en otras zonas, es posible que no soporte la cocina local. El viajero necesita adaptarse un poco para que viajar le resulte placentero.
  • Confianza en uno mismo – El fruto final de la adquisición de todas estas habilidades es la confianza en uno mismo: una vez que vea de lo que es capaz en situaciones adversas y desconocidas, la fe en sí mismo se disparará. Nunca se sabe lo que a uno le espera, pero no está de más reconocer que se puede desenvolver en cualquier situación que se le presente.
  • Empatía – Un viajero depende de la empatía de los desconocidos: la azafata le da a su hijo que llora un paquete adicional de zumo; el personal del hotel le aloja en una magnífica habitación sin coste adicional; una persona del lugar le ayuda a encontrar la dirección del supermercado más cercano, u otro turista le da alguna medicina cuando se marea en el viaje en barco. Lo más probable es que emule y difunda esta empatía por su parte. Viajar le enseña la amabilidad de forma práctica.

Viaje más

Siempre supo que viajar le hace feliz, y ahora sabe por qué. Teniendo en cuenta los beneficios psicológicos, fisiológicos y relacionales de los viajes, se puede afirmar que viajar le hacen ser mejor persona en general. A diferencia de la percepción común, viajar no es un subidón momentáneo, ya que todos sus efectos positivos se trasladan a la vida normal. Así que viaje todo lo que pueda y disfrute de una mejor calidad de vida.

Es comprensible que le preocupe la posibilidad de que algo salga mal mientras viaja: estar lejos de lo conocido de su vida aumenta la ansiedad. Por eso, antes de emprender un viaje al extranjero, debería adquirir un seguro médico de viaje o un seguro de viaje. Si bien ninguna póliza de seguro puede evitar que se enferme, se lesione o pierda su equipaje, sí le va a proporcionar protección financiera en caso de que ocurra alguna de estas cosas, y mucho más. Esto le brinda tranquilidad, y le permite disfrutar de su viaje con menos de estrés.

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