Es totalmente lógico que:
- Penny es la rubia aspirante a actriz y Amy la morena neurocientífica en “The Big Bang Theory”.
- Las barrigas de Homer Simpson y Peter Griffin les preceden.
- La masajista y chapucera Phoebe Buffay puede permitirse alojarse en el West Village de Manhattan.
¿Correcto?
No.
Desgraciadamente, la cultura popular estadounidense está llena de estereotipos. Peor aún, en virtud de la exposición repetida, probablemente le ha llevado a percibir a todos los estadounidenses de la misma manera.
Es hora de aclarar las cosas.
1. Mito: son poco inteligentes
Ya que hemos abordado el tema, empecemos por cómo se perciben a los rubios: superficiales y poco intelectuales, entre otras cosas.
El juicio no se limita al pelo: es posible que haya dudado de las capacidades intelectuales de los estadounidenses para tomar decisiones políticas, o incluso de la forma en que el país dirige ciertas cosas.
La realidad: el color de la proteína muerta que adorna el cráneo no guarda relación con la inteligencia enjaulada en su interior. El género del cuerpo que hay debajo importa aún menos.
Hillary Clinton, Meg Whitman, Martha Stewart, Madonna. ¿Necesita más nombres para destruir sus prejuicios patriarcales?
En cuanto a los prejuicios políticos, tiene tanto que ver con el coeficiente intelectual de una persona como con su coeficiente emocional. El resultado de las votaciones es un juego de sentimientos y números. Muchos estadounidenses son apolíticos con doctorado.
2. Mito: son arrogantes
Arrogantes, egoístas, desdeñosos, maleducados: a los estadounidenses se les ha llamado de todo.
La realidad: es justo decir que muchos estadounidenses están acostumbrados a una pequeña cosa llamada privilegio.
Mientras que la mayoría de los estadounidenses tienen acceso a agua cristalina, los ocupantes de algunos otros países tienen que caminar descalzos durante kilómetros para saciar su sed. Cuando los estadounidenses prevén obtener agua limpia del grifo cuando viajan, pero no ocurre, se sorprenden.
Todo esto para decir que sus expectativas sobre cómo suceden las cosas no tiene intención maliciosa. ¿Desconocimiento? Tal vez.
3. Mito: son irrespetuosos
“Creo que se equivoca”, declara el subordinado a su jefe. “¿Cómo se atereve?”, se preguntará usted, horrorizado. Tu asombro está fuera de lugar.
La realidad: a diferencia de las culturas en las que la edad o la antigüedad exigen respeto, los estadounidenses creen que el respeto se gana. Se trata de dar y recibir.
Además, la falta de respeto está en el ojo del que mira. Lo que a usted le parece grosero no lo es para ellos. A usted nunca se le ocurriría modificar su pedido en el restaurante, o devolver un plato que no le gusta. Eso no es nada fuera de lo común en Estados Unidos.
Capturando el comportamiento estadounidense en las palabras de Nora Roberts: “Si no vas tras lo que quieres, nunca lo tendrás. Si no pides, la respuesta siempre es no”. Ergo, pregunten.
4. Mito: son ruidosos
Su franqueza ha hecho que los estadounidenses tengan fama de bocazas.
La realidad: la educación y el entorno de los occidentales los moldean para ser individualistas por naturaleza.
“Destaca de la multitud”.
“La voz más fuerte gana”.
“La fortuna favorece a los audaces”.
Todos estos son impulsores de la mentalidad estadounidense.
Nunca se privan de entablar una conversación o de decir lo que piensan. Es lo que les convierte en los turistas más amables y en los anfitriones más cálidos. Igualmente, conservan su energía para ser parlanchines sólo cuando es necesario.
5. Mito: son obesos
Los estadounidenses se zampan hamburguesas con queso y tartas para desayunar, comer y cenar. Las patatas fritas llenan los huecos de los bocadillos por si acaso.
La realidad: no se puede negar que la dieta estadounidense está notoriamente plagada de alimentos de color marrón y blanco: pan, azúcar, mantequilla, lo que sea.
Sin embargo, están avanzando lenta pero firmemente hacia una dieta más equilibrada con las alimentos sanos. Un estudio de Harvard Health indicó un notable aumento de la ingesta de carbohidratos de calidad, grasas insaturadas y proteínas. Junto con la actividad física, los estadounidenses están dando prioridad a la salud en el siglo XXI.
6. Mito: son fanáticos de las armas
¿Los estadounidenses le dan al gatillo tan horrorosamente fácilmente como Hollywood y los medios de comunicación lo hace parecer?
La realidad: todos los estadounidenses pueden poseer legalmente un arma. Eso no significa que lo hagan.
Sólo un 32%, algo más de un tercio de los habitantes de Estados Unidos son propietarios de armas (según datos de Gallup de 2019).
Hay una gran parte de verdad en los crímenes por armas y la xenofobia en la nación. El 72% de los estadounidenses considera que son problemas importantes. Eso hace que sea importante separar los actos sádicos de unos pocos extremistas del sector más amplio de individuos de buen corazón.
7. Mito: son monolingües
El siguiente error común de la lista: las habilidades gramaticales de los estadounidenses empiezan y terminan con el inglés.
Realidad: más de 67 millones de la población estadounidense habla otro idioma en casa. Al menos el 16,9% de los ciudadanos estadounidenses son multilingües, a fecha de 2018.
El español es la segunda lengua más fhablada, seguida de los idiomas indoeuropeos, asiáticos y de las islas del Pacífico. Se hablan con tanta fluidez como el inglés, si no más, debido a la alta concentración de inmigrantes del crisol de culturas que es Estados Unidos.
8. Mito: están forrados
Los estadounidenses caminan por las nubes con fajos de billetes. Beben champán y hacen fiestas en yates a diario. Hacen desaparecer todos los problemas a la vista con el dinero.
¿En serio?
La realidad: el número de estadounidenses que tienen dos o más empleos va en constante aumento. Para la mayoría, los ingresos del trabajo alternativo representan casi un tercio de sus ingresos totales. Millones de personas sobreviven entre nómina y nómina.
Además, el coste de la vida es subjetivo: si compara el gasto en dólares con monedas menos dominantes, todo en Estados Unidos es mucho más caro de lo que imagina. Es como comparar peras con manzanas.
9. Mito: son derrochadores
Términos como “materialista” y “olvidadizo” se han utilizado para describir el consumo estadounidense. A su vez, se les acusa de contribuir al daño ambiental y al cambio climático.
Realidad: Estados Unidos alberga más de 36.000 áreas protegidas a partir de 2020. Estas consisten en áreas en territorios federales, estatales y locales, que abarcan tanto la tierra como el mar.
Además, el país ha disminuido sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 12% en 14 años.
La gente de Occidente no es que sea exactamente una abraza-árboles, pero tampoco son propagadores de la tala ilegal, es decir, de la tala de bosques de forma ilícita. Muchos, como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la American Forest & Paper Association, se oponen a ello.
Hemos señalado estos mitos específicamente porque no se aplican a todos los estadounidenses. Ese es el problema intrínseco de los estereotipos: etiquetan negativamente a toda una comunidad basándose en las acciones de sus partes. No se trata de negar que los estadounidenses nunca podrían encarnar uno o más de estos comportamientos, pero también podría hacerlo su vecino en su país de origin.
